martes, 28 de diciembre de 2010

Numerología (III)

Seguimos para bingo. Otro número curioso por la forma y por los mitos a él asociados, es el veintitrés, más conocido como 23. Existen varias películas que versan sobre diferentes obsesiones acerca de este número. Lo curioso del número es que es el número de cromosomas que cada célula reproductora humana (óvulo y espermatozoide) aporta a la construcción de un nuevo ser. En otras palabras, prácticamente todos tenemos 23 cromosomas de papá y 23 cromosomas de mamá. ¡Gracias!

 

Otro curioso número es el once u 11, ya no solo por el 11 S tan manido. Matemáticamente hablando, es el primer número doble y el primer capicúa que se encuentra en nuestro sistema de numeración. Asimismo, el 1 repetido es un generador de capicúas: cualquier secuencia de unos multiplicada por si misma, da como resultado un número capicúa.

 

Existen algunos mitos también asociados al once, como el de encontrarse o ver las 11:11 en un reloj. ¡Qué suerte tenían los antiguos! Ya que no tenían relojes digitales, no sabían que existían las 11:11 por lo que no tuvieron que mantener ninguna superstición por ello. Tuvo que llegar el ‘homo technologicus’ para inventarse un nuevo ritual. Bueno, forma parte de nuestra mente mística.

 

Y ¿qué me dicen del treinta y tres ó 33? La edad de Cristo, es lo primero que se nos viene a la cabeza a los occidentales, sean o no católicos. Es un numero curioso, matemáticamente hablando. Se compone del dígito 3 repetido y el 3 es el dígito que siempre, siempre, siempre .... hasta el infinito, al dividir uno entre tres, o sea, al tomar una tercera parte de la unidad. Aunque, para los más antiguos, puede también venir a la mente las 33 revoluciones de un LP ...

 

También es un número con una fuerte componente sensual: si, ante un 3 equilibrado, pruebas a recostar tu cabeza hacia la derecha, se pueden ver claramente dos pechos de mujer visto ‘en planta’. Y si lo tumbas, ya no te digo lo que parece ... Por otro lado, está la componente religiosa, entre otras, aquella que vincula el tres a la configuración de una figura metafórica, la santísima trinidad, que se compone de tres entidades.

 



Una relación curiosa se establece entre el seis y el siete. Según la visión religiosa, el mundo fue creado por dios en 6 días, mientras que el séptimo descansó. Si fuera cierta la teoría mesopotámica de la creación, el seis sería un patrón normal de recuento para esos ‘creadores’ celestes. Probable que tuvieran un proyecto dividido en seis fases o que a la hora de hacerlo entendible a seres primitivos como los humanos ‘recién creados’, usaron la alegoría de los días para definir las fases de su proyecto.

 

Os recuerdo que a Miguel Servet lo quemaron en la hoguera por decir, entre otras cosas, que la sangre circulaba por las venas y que existía una circulación pulmonar en la cual la sangre intercambiaba elementos y allí se tornaba roja.

 

Y os dejo un detallito musical, para deleite del respetable.

 

http://www.youtube.com/watch?v=xiLcw4juIMk

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