lunes, 28 de febrero de 2011

Pereza

“La pereza es el demonio que destruye tus sueños e inmoviliza tu ser”

La pereza es una de las estrategias del saboteador para conseguir alimento. Hemos de tener presente que el saboteador se alimenta de la energía emocional: mediante la manipulación de la energía mental, consigue condicionar nuestros actos y nos sitúa en determinados estados emocionales. Su tendencia es, pues, crearnos estados emocionales que puedan servirle de alimento.

Cada vez que el saboteador se alimenta del fruto de la pereza, genera un vacío en nuestro interior, el vacío que deja la energía cedida al saboteador en forma de emoción. En general, esa es la sensación que genera este tipo de manipulación. Y en ese tipo de manipulación, la pereza es una forma eficaz de obtención de frustración y fracaso.

La pereza va mucho más allá de lo que habitualmente pensamos. Es pereza, en general, el dejar las cosas para mañana, pudiéndolas hacer hoy. También lo es el aplicar la ley del más mínimo esfuerzo en lugar del principio de un mínimo esfuerzo más. Y la indecisión en la toma de decisiones, el aplazamiento de encuentros o momentos de inicio de actividades hasta que esto o aquello se haya resuelto, el pensar y darle muchas vueltas a las cosas, …

Cualquier forma de parar tu ser en el fluir de actividades a las que se puede dedicar, es un fruto del árbol de la pereza. Y, de la misma forma que nosotros preparamos el terreno y manipulamos los frutales para que nos den determinado tipo de frutos, el saboteador va preparando el terreno y manipulando nuestra mente para conseguir determinados frutos de ese su trabajo.

Cualquiera en su lugar haría lo mismo. Es decir, los humanos hacemos eso con multitud de especies animales y vegetales. ¿Qué decir de las abejas?, por ejemplo. Podemos obtener miel de innumerables clases, solo con la preparación del terreno y la manipulación de las abejas, mediante su ubicación en ese terreno. Lo hacemos con muchas especies y, actualmente, hasta manipulamos a nivel genético.

¿Creemos que somos los únicos que podemos hacerlo? Bueno, eso forma parte de la estrategia del saboteador. La preparación del terreno. Nos ha hecho pensar, desde hace miles de años, que somos la obra máxima de la evolución. Mediante esa máxima, ha conseguido pasar desapercibido, ya que ¿quién osaría manipular o aprovecharse del ser supremo de la creación? Tan solo la naturaleza extrema es, hasta el momento, incontrolable para el ser humano. Pero todo lo demás, está totalmente a nuestro servicio y en gran medida, controlado.

Esta visión de ser el ser más evolucionado de la naturaleza, nos hace creer que nada nos puede manipular a ese nivel. Y menos, ande vas!, alimentarse de nosotros como si fuéramos simples vacas que, en función del pasto o pienso recibido, producen un tipo u otro de leche. Pensar que eso es una soberana gilipollez, es otra de sus herramientas. La razón nos dice que todo esto es una idiotez sin fundamento alguno, y que yo, el que escribe, un alucinado que pierde su tiempo libre en estas sandeces.

Pero esa idea es la que el saboteador pretende que tengamos. En cualquier caso, ha de intentar pasar desapercibido. No se le ha de ver ni notar, ya que podría perder su fuente de sustento. Y para ello, nada mejor que ridiculizar cualquier idea en ese sentido. A veces, esta idea lleva a que el saboteador se sienta en peligro, reaccionando a ello con una inyección de ideas que pueden provocar rabia o inquietud hacia quien lo expone o hacia lo que expone esa idea.

¿Que de qué idea hablo? Pues de la idea de que el saboteador existe y nos manipula constantemente. Somos su vaca, gallina, manzano, trigal, lechuga, colmena, … somos su despensa.


Un regalito musical con experimento. Pon un volumen medio, que no moleste en función de la hora en que lo veas. Prueba a escucharlo sin ver las imágenes y sin bajar el volumen en ningún momento. Toma la voz como si de un instrumento más se tratara, sin prestar atención a lo que dice la letra. Pon atención a toda la pieza. Si hace falta, repite la audición. Luego, ya puedes mirar el vídeo, si te apetece. Después, si quieres claro, dime que te ha hecho sentir la música.

http://www.youtube.com/watch?v=4kQMDSw3Aqo



jueves, 10 de febrero de 2011

El saboteador (I)


Hace un tiempo que he descubierto algo que me ha dejado un tanto perplejo y escamado. He descubierto que estoy conviviendo con un saboteador. Mejor dicho el saboteador vive en mí con la clara intención de sabotearme. Es un engendro energético que me ha estado manipulando desde hace mucho tiempo, pero no es hasta ahora que he tomado conciencia de ello.

Este ser, hecho de pura energía (energía ‘mental’) tiene una finalidad básica: subsistir. Y su forma de subsistir es mediante la energía que pueda absorber para seguir manteniéndose en activo. Esa energía se la proporciono yo, el que escribe, por que él, no escribiría nada, solo lo pensaría.

Dado que es un ser puramente energético y mental, interactúa con la mente que yo he ido creando, la mayoría de las veces sin saber que la creaba y para que la creaba. Ha ido manipulando y tejiendo una trama de pensamientos e ideas que le permiten obtener su alimento: energía emocional.

Si, ese ser se alimenta de emociones. Y no precisamente de las emociones enriquecedoras. Su más preciado alimento son el fracaso y la frustración. Para eso, se encarga de aportar pensamientos e intenciones de forma continua, al tiempo que también se encarga de encontrar o generar problemas para que se puedan llevar a cabo.

Algunos de sus problemas son la racionalidad, la pereza, el desánimo, la desilusión, ... No podemos olvidar, que este ser es pura energía mental, y todas las cosas que he enumerado, y las que me he dejado, son ... IDEAS, pensamientos que son inducidos y pasamos a creer que son nuestros, ya que no somos conscientes de la existencia de este ser.

He pasado a hablar en plural, por que creo, después de darle vueltas, que todos, de una u otra forma, tenemos un saboteador viviendo en nosotros. Todos, en uno u otro aspecto, nos auto saboteamos, sin saber que es un sabotaje inducido. Lo que nos lleva a flagelarnos o a auto destruirnos, generando toda una lista de emociones que servirán de alimento para el saboteador.

Nuestra sociedad es el molde a partir del cual se generan individuos aptos para albergar un saboteador y sustentarlo adecuadamente. Y contrariamente a lo que se podría creer, cosas que parecen procurar placer o entretenimiento, también tienen una finalidad en este entramado energético-mental destinado a exprimir nuestro ser para obtener emociones que servirán de alimento a estos seres.

Un regalito musical con visiones sobre parte de la trama de sabotaje establecida por estos seres y alguna de sus víctimas.

http://www.youtube.com/watch?v=iShjW02CzE0

martes, 28 de diciembre de 2010

Numerología (III)

Seguimos para bingo. Otro número curioso por la forma y por los mitos a él asociados, es el veintitrés, más conocido como 23. Existen varias películas que versan sobre diferentes obsesiones acerca de este número. Lo curioso del número es que es el número de cromosomas que cada célula reproductora humana (óvulo y espermatozoide) aporta a la construcción de un nuevo ser. En otras palabras, prácticamente todos tenemos 23 cromosomas de papá y 23 cromosomas de mamá. ¡Gracias!

 

Otro curioso número es el once u 11, ya no solo por el 11 S tan manido. Matemáticamente hablando, es el primer número doble y el primer capicúa que se encuentra en nuestro sistema de numeración. Asimismo, el 1 repetido es un generador de capicúas: cualquier secuencia de unos multiplicada por si misma, da como resultado un número capicúa.

 

Existen algunos mitos también asociados al once, como el de encontrarse o ver las 11:11 en un reloj. ¡Qué suerte tenían los antiguos! Ya que no tenían relojes digitales, no sabían que existían las 11:11 por lo que no tuvieron que mantener ninguna superstición por ello. Tuvo que llegar el ‘homo technologicus’ para inventarse un nuevo ritual. Bueno, forma parte de nuestra mente mística.

 

Y ¿qué me dicen del treinta y tres ó 33? La edad de Cristo, es lo primero que se nos viene a la cabeza a los occidentales, sean o no católicos. Es un numero curioso, matemáticamente hablando. Se compone del dígito 3 repetido y el 3 es el dígito que siempre, siempre, siempre .... hasta el infinito, al dividir uno entre tres, o sea, al tomar una tercera parte de la unidad. Aunque, para los más antiguos, puede también venir a la mente las 33 revoluciones de un LP ...

 

También es un número con una fuerte componente sensual: si, ante un 3 equilibrado, pruebas a recostar tu cabeza hacia la derecha, se pueden ver claramente dos pechos de mujer visto ‘en planta’. Y si lo tumbas, ya no te digo lo que parece ... Por otro lado, está la componente religiosa, entre otras, aquella que vincula el tres a la configuración de una figura metafórica, la santísima trinidad, que se compone de tres entidades.

 



Una relación curiosa se establece entre el seis y el siete. Según la visión religiosa, el mundo fue creado por dios en 6 días, mientras que el séptimo descansó. Si fuera cierta la teoría mesopotámica de la creación, el seis sería un patrón normal de recuento para esos ‘creadores’ celestes. Probable que tuvieran un proyecto dividido en seis fases o que a la hora de hacerlo entendible a seres primitivos como los humanos ‘recién creados’, usaron la alegoría de los días para definir las fases de su proyecto.

 

Os recuerdo que a Miguel Servet lo quemaron en la hoguera por decir, entre otras cosas, que la sangre circulaba por las venas y que existía una circulación pulmonar en la cual la sangre intercambiaba elementos y allí se tornaba roja.

 

Y os dejo un detallito musical, para deleite del respetable.

 

http://www.youtube.com/watch?v=xiLcw4juIMk

martes, 21 de diciembre de 2010

Numerología (II)

Otro. El número trece, curioso éste, que tan pronto da mala suerte como buena suerte. Un número ambivalente donde los haya. Y que tiene que ver con los humanos este numerito tan singular? (singular, por aquello de que es primo).

 

Podría, tirando del hilo selenita, hacer una referencia a los meses lunares. La Luna, nuestra compañera celeste más próxima, realiza trece vueltas alrededor de la Tierra mientras la Tierra realiza una vuelta alrededor del Sol. Vamos, que en un año hay trece lunas llenas y trece lunas nuevas.

 

Si te tocó vivir en un lugar en el que la Luna tiene una componente oculta y terrible, (suele darse en los lugares donde dominan determinadas religiones), el número trece lo verás como sinónimo de mala suerte. En cambio, si te tocó un lugar en el que la Luna es vista como una influencia positiva (suele darse en lugares donde dominan otras determinadas religiones), el número trece será visto como portador de buena suerte.

 

Según esta interpretación (personal y nada científica), la religión es la que, de una u otra manera, marca la relación de los seres humanos con el número trece. Bueno, puede que sea así o puede que esto sea una soberana g....... Chi lo sa!

 


El diez es otro número que nos marca. Nuestro sistema de numeración principal, el sistema decimal, el cual aceptamos actualmente como el más válido y plausible, se basa en el número diez. Tenemos todo un sistema apoyado en esta cifra como forma de operar con los números que representan cantidades, unidades de medida y otras lindezas al uso.

 

Aquí, parece que el origen es bastante ‘claro’. Salvo excepciones, el ser humano tiene diez dedos entre ambas manos (cinco y cinco es el caso más frecuente). Uno diría: -es la forma más lógica de contar para todo-. Además, la tecnología matemática que manejamos está inicialmente basada en este sistema, y las operaciones que con números se pueden realizar, están desarrolladas sobre esta base numérica.

 

Pero, como forma de contar, no es la única base numérica humana. Los mayas, entre otros pueblos, empleaban la base vigesimal, ya que incluían los dedos de sus pies en su capacidad enumeratoria, lo que les posibilitaba llegar hasta veinte sin emplear utensilios, lo que denominaríamos ‘tecnología matemática’. Para ellos, el diez era la mitad de veinte; para nosotros, el veinte es el doble de diez. Y aunque es igual, no es lo mismo.


Un detallito musical, para acompañar la tecnología matemática.

 

http://www.youtube.com/watch?v=ZwCt0YQPn7g


sábado, 18 de diciembre de 2010

Numerología (I)

Según Wikipedia (el cúmulo de conocimientos de referencia más popular), numerología es : 

... una práctica adivinatoria utilizando los números. Es un conjunto de creencias o tradiciones que pretende establecer una relación mística entre los números, los seres vivos y las fuerzas físicas o espirituales.

Puede que tenga algo de cierto, o no. Lo real es que los números acompañan al ser humano desde que ... ni se sabe. Y es curiosa esa relación del humano racional con los números, ya que, al margen de ser la base de nuestra racionalidad (a través de las matemáticas), también es una relación místico-espiritual. En otros casos, la relación es de índole cultural o incluso vinculada a algún tipo de creencia o vivencia.

 

Por ejemplo, el número siete. Marca el destino de nuestras vidas directamente. La semana humana, prácticamente en todos los lugares del planeta, es de siete días. ¿Por qué siete? Es un número bien extraño para organizarse. Tenemos cinco dedos en cada miembro (sin comentarios, vale?). Sería mucho más fácil y ‘natural’ para un humano primitivo que empieza a contar, organizar su ciclo vital en cinco días. Pero ... ¿en sieteeeeeee? Pa’que!!!

 

La única explicación plausible que he encontrado, indagando en el baúl de los recuerdos, es que siete es una cuarta parte del ciclo medio que tiene la luna, que es de veintiocho días. De luna nueva a luna llena median catorce días, y de luna nueva o llena a media luna, siete. Ahí queda!

 

Otro. El seis (o el doce), se emplean como unidad básica de medida en determinados ámbitos. Los huevos, por ejemplo, se cuentan por docenas o medias docenas. Y en general, la docena o la media docena se emplean en diferentes aspectos de nuestras vidas, como forma de mesurar cosas. Sin ir mas lejos, el tiempo se mesura en horas, en dos bloques de doce. Y cada hora esta dividida en 60 minutos que es media docena por diez, y ... los signos del zodíaco, los meses del año, la división de las libras y los pies, etc.

 

Pero, pensándolo mejor, uno ve que el doce (o el seis), son formas anormales de contar (para un humano primitivo), por aquello de los cinco deditos que decíamos. Entonces, ¿por qué esa obcecación en las docenas y medias docenas? Parece ser que esta forma de contar proviene de Mesopotamia, la cuna de la civilización, y todavía marca nuestras vidas en muchos aspectos..

 

No he encontrado ninguna explicación ‘razonable’ a esta anomalía cardinal, a excepción de determinadas alucinadas (mesopotámicas o de otros lares) que hablan de cómo y por quién fue creado el ser humano. En ellas se cuenta que seres de aspecto humanóide con seis dedos en sus miembros, crearon al ser humano como un híbrido, como el resultado de una manipulación genética sobre los simios que la habitaban en aquel entonces. Ellos eran los dioses que otorgaron la claridad de pensamiento al ser humano, su racionalidad, su idiosincrasia en definitiva. Y ellos enseñaron al ser humano a pensar, a contar, a manipular, ... puede que su base de numeración no fuera la decimal como la nuestra, sino la duodecimal.

 

Bueno amigos, seguiremos en una siguiente entrega 'enumerando anomalías numéricas' que nos rodean y que habitualmente pasan desapercibidas por nuestra vida, ya que estamos acostumbrados a usarlas de forma natural sin plantearnos cual puede ser su origen.

 

Os dejo un regalito musical de hace unos años ...

http://www.youtube.com/watch?v=z4clgd2gLL0